31 de marzo de 2008

POR LA CUESTA LAS CALESAS

Caminito de la Audiencia
lloran un juez y una jueza.
Un fiscal que así los ve
les pregunta en voz muy queda:
-¿Qué tienen sus señorías,
qué congoja les apena?
A lo que ambos magistrados
responden con contundencia:
-Calla y sigue que es de risa,
de fundamentar sentencias.

22 de marzo de 2008

BAJO LA LUNA, CUESTA ARRIBA, JUNTOS

El último Viernes Santo, el del pasado año no el de ayer, dejé en una cuartilla una nota con unas impresiones. Hoy me siento de nuevo, o de viejo, en ese punto mismo y diferente, de otra vuelta, otro ciclo, que empieza y que termina, que vuelve a repetirse diferente.
Anoche, al igual que hace un año, con la luna bien alta sobre el cielo, retomamos idéntico camino, hablamos poco, subimos de la mano, sentíamos juntos el frío que despeja, Taxdirt arriba en continua, en permanente cuesta, escuchamos, sentimos las saetas, disfrutamos la belleza armónica del palio entre los arboles, y entre pocos, muy pocos, la vimos lentamente recogerse, cerrar de nuevo un ciclo. Tranquilos y despacio, uno al lado del otro, juntos bajo la fría luna, nos volvimos a casa. Un circuito, otra vuelta, una costumbre, un rito.


* El apunte del pasado año, que no en todo desagradó a quien conmigo repite, me acompaña, y vive la vuelta diferente de los ciclos:
http://latrabajadera.blogcindario.com/2007/04/02357_semana_santa_real.html

15 de marzo de 2008

PORTAZO

De nuevo un giro más de las esferas nos coloca en un punto que tomaremos nuevamente por principio, por comienzo, por puerta. Y a esas mismas puertas, al parecer estamos, de la luna primera de esta primavera. Hace algún tiempo brotó ya el azahar y todo está dispuesto para la ceremonia.
Mañana, en la mañana, con palmas en las manos y con ramas de olivo, se escucharán de nuevo los gritos de un Osana.
Pero el próximo viernes, tan cercano, aquí al lado, esas mismas gargantas repetirán, a coro, sin pensarlo, en voz fuerte: ¡Crucifícalo!
Y al principio, al comienzo de la noche del sábado, ya serán muchos menos, los que alegres y juntos, entonen: ¡¡¡Aleluya!!!, ¡¡¡Aleluya!!!, ¡¡¡Cristo ha resucitado!!!


* Celebramos pasión, y celebramos muerte, y todo sería nada sin la resurrección (de Cristo, de los ciclos, de nosotros...)

14 de marzo de 2008

LOS PANDILLEROS Y EL GATO

Anoche, un poco asqueado y bastante aburrido, observando a las distintas pandillas de colaboradores de los llamados programas de análisis político, y como diseccionaban e interpretaban los resultados de las elecciones del pasado domingo (alguno justificando alegre e irresponsablemente la derrota del partido al que hasta el viernes no disimularon su apoyo, pues dicen que gana votos y escaños: ¿y qué?). Nada de interés.
El tedio que en mi estaban produciendo las caricaturescas interpretaciones de algo tan previsible (la constatación, a través de los votos, de la división de las preferencias de la gran mayoría del cuerpo electoral, más del 80%, entre los dos grandes partidos nacionales, la casi desaparición de la representación parlamentaria de la izquierda, y la férrea fidelidad del voto de las derechas nacionalistas CIU y PNV, dejando de lado quizás lo único que pueda tener cierto interés para el análisis, la procedencia del voto que ha hecho posible la consecución del escaño por Madrid a UPyD), la machacona repetición de datos ya de sobra conocidos y la intuición de que la situación y las actitudes de la pasada legislatura se prolongaran durante esta, me hicieron ir cambiando de cadenas para ver si encontraba alguna emisión más soportable. Y el azar, la casualidad o la providencia quisieron que parase en una de las cadenas comerciales (no financiadas con dinero publico) y que esta estuviese en ese momento emitiendo la cinta "Gangs of New York", no dure mucho viendo las descarnadas y humanas peripecias de los personajes ideados por Herbert Asbury (ridículamente interpretados por Leonardo Dicaprio y Daniel Day-Lewis, peor el primero), pero me pareció curiosa la similitud de el submundo mafioso de fines del S XIX con actitudes, bastante más suavizadas en las formas pero con identidad de fines, de los actuales grupos de manipulación y pastoreo de voluntades, diferencias más de medios que de resultados, nada nuevo.
En la obra cinematográfica de Martin Scorsese hay alguna parte con la que he disfrutado, no se encuentra esta película ubicada en este espacio, pero la fragmentaria revisión de ayer me hizo recordar su estreno, hace más o menos cinco años, y como de vuelta a casa comentaba con mi mujer que esa trama me era familiar. A los pocos días, soy bastante cabezota, me fui hacia uno de los tomos de las obras completas del Ciego, al ir disfrutando del escudriñe de sus páginas, yo rebuscaba pendiente de Willian Poole (el carnicero), de John Morrissey, pero fue otro, precisamente Paul Kelly, el que me condujo hasta Monk Eastman, reviví por unos momentos la urbana batalla de Rivington. No eran imaginaciones, yo había conocido una versión de la obra de Asbury que Scorsese convirtió en imágenes, en la Historia Universal de la Infamia hay un cuento que la rememora: "El proveedor de iniquidades Monk Eastman", que Borges termina de esta forma: "El cuerpo de Monk Eastman apareció en una de las calles centrales de Nueva York. Había recibido cinco balazos. Desconocedor feliz de la muerte, un gato de lo más ordinario lo rondaba con cierta perplejidad".

8 de marzo de 2008

ENREDADERAS DE JARDÍN

Reflexionando, recapacitando mi decisión de abstenerme, recuerdo que muchos me acusan de cobardía (yo sé que no lo es y en el justo momento en el que los que salgan elegidos comiencen a tomar decisiones seré implacablemente crítico con aquellas que no me parezcan justas y a ellas me opondré, tengo derecho, aunque haya algunos que pretendan obligarme a votar y negarme, si no lo hago, la capacidad de criticar las decisiones tomadas por el gobierno elegido), pero no, no es cobardía, es hartazgo, desencanto, indiferencia ante las limitadas opciones, que unidas a no pequeñas dosis de pereza me inclinan a decir ¿qué más da? y desear que cuando menos me dejen en paz.
No puedo y no quiero elegir entre los miserables afanes de inmiscuirse en ámbitos que les son ajenos, de los unos (regular las conductas privadas, atentar contra la intimidad, al fin y al cabo vienen de una larga tradición totalitaria, van por sistema en contra del individuo y de la conciencia individual, son socialistas) y la ineptitud rayana en la estulticia de los otros (dejandose conducir ingenua y peligrosamente por oscuros asesores). A unos los temo y a otros los desprecio, ¿y qué más da?
Reflexionar no es meditar ni filosofar, nos dice hoy en su artículo F. Bejarano, ni ningún otro ejercicio del pensamiento que nos enrede en complicadas elucubraciones, sino pararse a pensar con detenimiento, serenidad y sosiego en algo ya conocido, volver de nuevo a un asunto, reconsiderarlo, por si se nos hubiera escapado un matiz que nos ayude a perfilar las conclusiones. Mi decisión está tomada desde hace mucho tiempo y reflexionar sobre ella no hace más que reafirmarla.


* Sin motivos para creer, con agudo dolor de cabeza y cierta arritmia cardiaca, no se que va a ser de mi niña, le deseo al menos que tenga suerte por las noches cuando enrede por el jardín.

1 de marzo de 2008

AGNOSTICISMO

Verdes vueltas de un capote
que se convierte en azul,
¿O fueron azules vueltas
que la luz enverdeció?

YouTube - El arte de Rafael de Paula

REINCIDENCIAS DE POCO PELO (QUEVEDESCAS)

Buscaba yo, no sé bien que buscaba, y el azar quiso se dejase entrever muy poca cosa, un poco, un rastro, un trozo de de la porción de sus cabellos, del rastro de la piel del que partieron...


"Calvo que disimula con no ser cortés"

Catalina, una vez que mi mollera
se arremangó, le sucedió...¿Direlo?
Si, que no se la pudo cubrir pelo,
si no se da a casquete o cabellera.

Desenvainado el casco, reverbera;
casco parece ya de morteruelo;
y, por cubrirle, a descortés apelo,
porque en sombrero perdurable muera.

Porque la calva oculta queda en salvo,
aventuro la vida: que yo quiero
antes mil veces ser muerto que calvo.

Yo no me he de cabellar por mi dinero:
y pues de la mollera soy cuatralbo,
sirvame de cabeza mi sombrero.


De estos como siempre comedidos versos de don Francisco, que podemos encontrar (siempre que busquemos lo que no bebiésemos) en la página 528 de la edición del profesos Blecua, le recordaran en vespertinos programas (otros modos y otro público televisivo), aprendió a estar cubierta, no su cabeza bajo una pamela, otra distinta y nueva Catalina, ya en épocas contrarias a alegrías (donde hay pelos las hay), por más que yo miré, yo no lo vi, eso si por los pelos, allí estaba bajo el cuidado cesped .