31 de octubre de 2008

QUOSQUE TANDEM


Devoraba con fruición unas paciencias, unos sencillos, exquisitos y pequeños manjares de la repostería castellana, que a mis manos han llegado como anticipo de tosantos, cuando en el fondo del paquete desde Almazan enviado me encontré con una minúscula cartulina primorosamente doblada. Preferí terminar mi agradable degustación de dulces recuerdos antes de proceder a despejar el contenido de aquel mensaje que para mi desazón transformaba a las redondas y sublimes paciencias en una especie de vulgares galletas chinas. Pero con el dulce sabor de la canela aún en el paladar procedí a desdoblar el misterioso papelito, y esto fue lo que en él encontré escrito:


"Y he aquí que un gran viento hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los mozos, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas."


JOB, I, 19




*Muchisimo me temo que tras de todo esto se encuentren los prestos dedos de un enrredante que hacía mucho tiempo no daba señales de vida, tiemblo y no precisamente a causa de estos primeros fríos de finales de octubre, en fin paciencia.

27 de octubre de 2008

Y LA BALLENA ESCUPIÓ A JONÁS


Con una mar muy calma reapareció el cetáceo de su profundo abrigo, pareciera que fuese a respirar para de nuevo perderse en lo profundo, cuando convulsionandose y curvandose en una de las arqueadas vomitó por su boca al desaparecido que quedó plácida y felizmente flotando boca arriba, sonriendole a la luz que ahora lo iluminaba.

No se cumplió el presagio, como había deseado, pero estas peripecias me han hecho recordar algunas leyes rotundas de corsarios, cinco de ellas aun no las he olvidado:


5. Los que pierdan las dos piernas serán indemnizados con quinientos escudos, o con quince esclavos, si así lo prefieren.


6. El que pierda una pierna, tanto si es la derecha como la izquierda, tendrá derecho a quinientas piastras o seis esclavos.


7. Por la perdida de un ojo, se obtendrán cien piastras o un esclavo.


8. Por la perdida de los dos, veinte mil piastras o veinte esclavos.


9. Por la perdida de un dedo, cien piastras o un esclavo.


Del código de los filibusteros de la Tortuga,

según Alex-Olivier Oexmelin, Diario,

14 de diciembre de 1699




*Tras recoger a Jonás y subirlo a cubierta, después de ofrecerle abundante ron, hemos querido percibir que parecía dolerse de uno de sus meñiques, se ha dispuesto una bolsa con doscientas piastras y dentro de poco se le permitirá elegir libremente a dos esclavos de su gusto, luego se procederá a la amputación del dedo y a saltarle un ojo, una vez tuerto podrá escoger con que se queda, si con los esclavos o con la bolsa.

17 de octubre de 2008

CADENAS PERPETUAS

Que diferente me parezco ahora

a cuándo cometí aquellos delitos.

¿Será esa la condena?


XII-X-MMIV





*Me mantiene muy preocupado un oscuro y mal presagio que espero de veras no se cumpla.




6 de octubre de 2008

SERENO INVENTARIO DE CONTEMPLACIONES

Gratamente maravillado ha resultado mi espíritu al ver y mirar, al leer de forma vigilante, un minucioso diario de aparentes pequeñeces, de apasionadas crónicas de lo mínimo y cotidiano, que observadas con detenimiento me han conducido a una inquietante estupefacción.
La amena y serena descripción del deleite, de la mística y común unión con lo supuestamente minúsculo, me ha hecho disfrutar de un relato claro y rítmico, paradójico, tranquilizador y desasosegante, del goce de ver plasmada con infinita belleza la confianza y la esperanza en lo mejor y más recóndito de la condición humana.
El milagro de lo banal, la admiración del testigo que se siente observado mientras contempla. Hay muchas frases a lo largo de "El estupor y la maravilla" en las que Pablo D´ors nos define con concreción cual debe ser la actitud que nos predisponga al placer contemplativo; como en la cauta y justa observación en la que expresa: "Lo más inverosímil en nuestra vida es lo mucho que miramos sin ser capaces de ver", o aquella otra en la que nos indica "Todos los movimientos a lo largo de nuestra vida tienen un único propósito: aprender a estarse quieto".
Supuestas nimiedades, aparentes pequeñeces que nos perturban y retratan, que por saberlas ciertas nos cuesta más reconocer y admitir: " La mejor forma de conocer muchas cosas es atender sólo a una y el mejor consejo que puede darse a quienes quieren conocer el mundo es que se queden en su casa".
Meticulosa y vigilante inspección de todo lo supuestamente secundario porque es cierto que entramos en los museos en búsqueda de la belleza y no hay nada más bello que esa búsqueda que de forma sencilla y magistral nos enumera detalladamente, con la precisión de un minucioso inventario Pablo D´ors. Nada sucede exactamente como imaginamos; la imaginación nunca sabe ser tan espléndida como la realidad. Yo al contemplar estas páginas veo en ellas, y no por casualidad, el lado mas profundo y humano, más amable y sincero del sentimiento trascendente, la fe que acompaña e inspira a quien de forma tan hermosa y sencilla nos describe la grandiosidad de lo mínimo, una fe de la que yo carezco pero que no me impide sentirme estupefacto y maravillado, y porqué no, envidioso de ese don que no a todos nos toca.



* Entrañable el homenaje del autor a la figura del abuelo en el personaje del director invisible, sabios y acertados los consejos que sobre la creación literaria nos ofrece y que yo, no sin esfuerzo, he logrado reprimir pues no sé como le hubiese sentado a la legitima propietaria del libro el que se lo hubiese devuelto invadido de notas marginales, aunque fuesen a lápiz.

1 de octubre de 2008

GANDINGA


El atribulado Mahandry me envía esta bella e inquietante postal desde tierras malagueñas donde dice estar pasando unos agradables días de descanso (tendríamos que preguntarles a los infortunados malagueños que con el se topen si coinciden en su apreciación) y me comenta que acordándose de mi durante la contemplación de este tétrico lienzo le vinieron a la mente unas alegres coplillas, que anota en uno de los margenes, a las que yo en principio no encuentro relación alguna con la ilustración, pero que él con unos sencillos comentarios en forma de posdata termina por enredar al limite, como siempre.

Las coplillas son estas:


La vaca es un animal

todo cubierto de pelo,

con cuatro patas tan largas

que le llegan hasta el suelo.


Y la aclaratoria posdata esta otra: "He de decirte, distante y silencioso amigo, que por estas tierras en las que al igual que en las tuyas hace muy poco que terminaron las labores de la vendimia, me he enterado de que aquí los lugareños llaman gandinga a las uvas pasas de inferior calidad, acepción del termino que yo desconocía, pero que me recordó a otra que vosotros y los sevillanos utilizáis para la misma palabra al aplicarla al despojo de las reses." En su linea habitual, en fin...que si me hubiese quedado sin saber todo esto; tal vez ni sabría lo que ignoro.
*La postal reproduce el reconocido cuadro de Enrique Simonet Lombardo "Y tenía corazón" 1890.