31 de enero de 2009

SABOR A PIEDRAS


Tres mulos, una mula, un burro fumador, los dos vástagos de la mula, una nieta de la misma y algún cura. No creo necesario decir que el único indultado a petición del público fue el asno fumador.

Un relato que narra la historia de un estanco y resulta tórrido e infumable. Mal me parece que ha comprendido Laurent Gaudé la esencia del alma campesina italiana de los hijos de las tierras a los pies del Gargamo, o que habiéndola entendido, y lo que es peor, solo resalta de ella en "El Sol de los Scorta" lo zafio, canalla y más común de la esclavitud a la tierra y al clan.

Me admira y me sorprende, o tal vez ni me admira ni sorprende solo me aburre y desilusiona, que una historia tan anodina haya podido ser galardonada con el premio Goncourt, las cosas de los premios.

30 de enero de 2009

EL JUEVES


No, no voy a referirme a la casi olvidada publicación satírica a la que hace alrededor de un año se encargaron de resucitar los medios supuestamente monárquicos con la inestimable ayuda de algún juez, no.

Ayer,después de mucho tiempo, volví a Sevilla. Entramos a ella de mañana por la Puerta Osario y dirigí nuestros pasos hacia la calle Feria, quería ver un mercado que me evoca recuerdos de la infancia y largas caminatas de la mano de mi padre, nada queda ya de aquello, es inútil, lo sé, remover el pasado.

Después de un entreacto mis pies pisan de nuevo esas estrechas calles que forman el paisaje del recuerdo. Pasé por Puñorostro, por San Julián, la Hiniesta, caminamos despacio por la calle san Luis, nos detuvimos a admirar la barroca fachada coronada por el Arcángel, se nos abrió delante la plaza del Pumarejo, llegamos a san Gil y de allí a las murallas, entramos un instante a ver a la Macarena, al salir, desde el arco, miramos desde lejos la mole impresionante del enorme hospital de Juan de Herrera y directos a Feria, donde como ya dije apenas queda nada. Bueno, nada como yo lo archivo en mi memoria, pues ahí estaba el mercado, más allá Omnium Sanctorum y al fondo, ya al final, vimos ante nosotros la verja de la puerta de san Juan de la Palma.

Y era allí precisamente donde quería llegar, a la adusta fachada de la Casa de los Artistas. No se sabe muy bien si la Casa de los Artistas era el comienzo o el final del mercado del Jueves, si de ella salían los tenderetes de compraventa o si el bullicio de la calle Feria terminaba expandiendo sus cachivaches a través el amplio apeadero de esa preciosa casa.

La sobria y aristocrática portada enmarcaba (hablo de mi niñez) una popular y populosa callecita interior repleta de pequeñas y modestas edificaciones que nacieron tan espontáneamente como los jaramagos y los gatos. Esa puerta se abre ahora al vacío, sin artistas ni artesanos, sin sus anticuarios, sin el estudio de Buiza el escultor, con su olor a madera, las virutas saltando de la gubia, con parejas de dolientes manos colgando por las paredes, con el bloque de barro sobre un torno y tapado con un paño húmedo que dejaba entrever los rizos de una barba o una melena, con el suelo inundado de colillas, con las voces profundas y los largos silencios...

Esa casa tenía lo que Sevilla le daba, era Sevilla, esa otra Sevilla que no está en los carteles, esa Sevilla oculta cantada por poetas, esa en la que el paisaje no escupe al paisanaje, esa que por humilde es la más orgullosa, esa que no se muestra, que juega al escondite. Pues bien se pasaban las puertas de esa Casa, se pisaban las lozas de Tarifa y los chinos brillantes del tapiz del suelo de su patio, se imaginaba uno aquella escalera antes de que el maltrato la humillara (ha desaparecido), y era un lugar abierto, nadie cortaba el paso, no había guardas jurados ni azafatas pidiéndote una entrada.

Fundada por Gonzalo Arias de Saavedra, de la casa de los condes de Castellar, sus escudos teñían los alfarjes casi reventados de las estancias señoriales, más señoriales si cabe en su lento deterioro. El escudo que preside el balcón sobre la entrada, la casi gótica portada de fines del siglo XIV, canta su barroquísimo estilo del XVIII cuando el marqués de Torrenueva la compró. Pero con el paso de los años subsistió, como otras muchas casas palaciegas, adaptada a patio de vecindad, antojo de artesanos y artistas que tuvieron allí sus estudios. Sus últimos propietarios particulares fueron los Sanchez-Dalp de los que también tuve algunas noticias durante mi infancia a través de una tia-abuela mia que ejerció de autentica abuela durante mi niñez y la de mis hermanos.

Dejamos aquellas calles a nuestra espalda y salimos despacio hacia la Encarnación, sobre el solar que ocupó el famoso mercado (otro mercado, el trueque de la vida) comienza a levantarse una monstruosa y desacorde estructura, desacorde hasta con el cercano e infame Colegio de Arquitectos de Sevilla, numerosos carteles se encargan de definir aquello como "El Sueño De Sevilla", yo, quizás ayer especialmente melancólico, no pude más que tomar la mano de mi compañera y acompañante y decir: ¡Que pesadilla!

24 de enero de 2009

LA CLARIDAD



Al bajar de tu azotea me he sentio deslumbrao,


sólo, a oscuras en un cuarto, tú luz a mí me ha cegao,


ahora lo veo to más claro, siendo to más complicao.

23 de enero de 2009

21 de enero de 2009

DIOS Y LOS AUTOBUSES


Recuerdo haber visto hace mucho tiempo una película de los años treinta sobre el paraíso de los negros, no puedo recordar su título, en la que los protagonistas, todos de color, una vez fallecidos tomaban un autobús que los conducía a un cielo particular en el que les franqueaba la entrada un muy moreno san Pedro y eran llevados por bellos ángeles mulatos ante la presencia del padre eterno, un venerable anciano de negror más desvaído, eso si con barbas y melenas de un intensísimo color blanco. Bien, no sé como habiendo la que hay liada en nuestra pequeña ciudad con el transporte público nos hacen mucha gracia los juegecitos que han traído importados consistentes en decorar los autobuses urbanos con unas grandes pegatinas que nos informan de la probabilidad o no de la existencia divina. Los gestores de las agencias de publicidad deben de estar encantados con los beneficios que les reportarán tan infantiles campañas.

Y todo esto viene a cuento por el artículo de hoy del maestro Bejarano sobre la visibilidad de los ateos y un comentario que en él ha dejado el bueno de Mahandry. Yo, que como sabéis no he estado nunca en contra de los prejuicios religiosos y no tengo duda alguna sobre la existencia de Dios, no hay más que coger un diccionario para encontrarlo, os pongo un enlace para que seáis vosotros los que juzguéis.



20 de enero de 2009

YA



- ¿Qué puede pasarle a un hombre cuando tiene todo el poder en sus manos?




- O se envanece o se desvanece.








* Pero puede también que lo que ocurra cuando compruebe por si mismo que no sólo no tiene el poder, sino que no es más que un instrumento del mismo, cuando se despierte del sueño, se desilusione y defraude a los encantados.

16 de enero de 2009

OTRO TRÍO


De nuevo la apatía, la abulia, la desgana, el ánimo cercano a la desesperanza y la desilusión, nada extraño, pero a pesar de todo no dejo de mirar, con cierta indiferencia, las reseñas escogidas de la turbamulta de nuevas publicaciones. Leyendo una de ellas, en la que Fernado Iwasaki nos recomienda el libro de Amalia Vilches "Fernando Quiñones. Las crónicas del hombre", me ha llamado la atención este curioso trío que compone: "Hay escritores tocados de una gracia especial y escritores simplemente tocados. Fernado Quiñones pertenecía a ambas estirpes y por eso fue un autor genial, imprescindible y perturbador. Si Borges hubiera sido andaluz habría sido Fernado Quiñones. Si el Beni de Cádiz hubiera sido escritor habría sido Fernado Quiñones. Aunque si Borges hubiera sido cantaor flamenco también habría sido Fernado Quiñones, a pesar de su parecido con el Beni de Cádiz."

Simpático el peruano en sus comparaciones, parece haber pasado la noche en compañía de Hortensia Romero. Un día, si tengo ganas, os hablaré del chiclanero (una noche de mediados de los 80 en el jardín de una bodega en la calle Santo Domingo, una interminable sobremesa en otro jardín, como no, el de Canalejas en Puerto Real...), a él y al Beni tuve la suerte y el placer de conocerlos, por desgracia el ciego, a quien quiero bien conocer, nunca me vio.



* Con el juego de los tríos quería encontrar una imagen que juntase a Borges, el Beni y Qiñones, pero ha aparecido esta con el Morao, Gabo y Fernado, otro trio.

1 de enero de 2009

TRIO


En las postrimerías del pasado año una de las cadenas de televisión emitió por enésima vez una de las entregas del Padrino de Coppola, en ella se recrea la fiesta ofrecida por el gobierno de Fulgencio Batista la noche de san Silvestre del año 1958 con Fidel y los suyos ya a las puertas de la Habana.


Cincuenta años después el del centro de esta foto anunciaba en un discurso que tal vez dentro de medio siglo estén fijadas las bases para que pueda comenzar a dar sus frutos la revolución, con estos plazos mucho me temo que de aquel grito "Patria o Muerte" quede sólo la segunda, eso si trufado el verde caqui del Comandante por el chandal Adidas y sin cigarro en la mano.


Para matar a Fidel no hicieron falta cañones y una vez que entierren su cadáver el de el centro de la foto nos anunciará que es necesaria su salida de la isla, igual que aquella noche en la película.