Estos días con motivo del 30 aniversario de la Constitución se está ofreciendo en todos los medios de comunicación una amplia campaña publicitaria institucional para celebrar la efeméride y no deja de parecerme curioso que los mismos promotores de leyes de memoria histórica, los responsables de la campaña, hayan diseñado un anuncio televisivo en el que vemos a un Jefe del Estado, treinta años más joven como todos en aquel momento, firmando un ejemplar de la Carta Magma, que cuidadosamente se oculta en la imagen.
El archivo del Congreso de los Diputados custodia el ejemplar único del texto original de la Constitución firmado por los presidentes del Senado, del Congreso y de Las Cortes, y por S.M. el Rey en la solemne sesión de sanción del 27 de diciembre de 1978, así como un lujoso ejemplar, manuscrito e iluminado por Luis Moreno, que contiene además de las firmas del Rey y de los presidentes de las Cortes, Senado y Congreso de los Diputados, las de todos los diputados y senadores de la legislatura constituyente.
Una vez más, con nuestro habitual y peculiar uso de la memoria selectiva, se pretende escamotear el escudo que encabeza los citados textos, el oficial en aquel momento y que no fue modificado hasta fecha bastante posterior (en el 81 creo recordar), de igual manera que se cuida mucho, en todos los ámbitos incluido el universitario, no hacer referencia alguna a que para la elaboración de esta (al parecer intocable e irreformable) Constitución no se convocaron de manera formal Cortes Constituyentes. Cosas nuestras y de nuestros curiosos procedimientos mnemotécnicos. ¿Inmadurez, miedo o Alzheimer ?
2 comentarios:
Je, je, je...lo estaba imaginando. El pollo, el pollo...
Pues mira, el papel higiénico es más útil porque cagá hay que cagá y constitucionar no sé qué coño será ni pa qué sirve. Ya zabe, zi no caga, revienta ompare.
Publicar un comentario