Durante las ultimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX los productores de vinos de Jerez, y su marco, entablaron una auténtica batalla por intentar reproducir, en las etiquetas y con la máxima fidelidad, los galardones que sus productos recibían en los certámenes internacionales, algo que provocó no pocos problemas a los excelentes litógrafos de la zona que supieron subsanarlos con indiscutible maestría.
Recuerdo como las cajas de vino que llegaban a casa de mis padres en mi niñez procedentes de la bodega de Domecq, que en sus tiempos fue una de las más importantes del mundo, recordaban impreso en su etiqueta un lema: "Esta casa tiene por norma no presentarse a ningún certamen o concurso".
Parece ser que a partir de ahora muchos profesionales deberán imprimir ese lema en sus tarjetas de visita.
1 comentario:
Usted el primero ¡qué te gusta un concurso de jardinería, ííííhaaaaa!!!!
Publicar un comentario