30 de abril de 2009

EN UN RENUNCIO


Ruidos a las tapias del jardín me hicieron guardar esta entrada y hoy poniendo algo de orden me he encontrado con ella, aquí vuelve de nuevo. Lo que la provocó fue absurdo, eliminarla también y recuperarla puede que aún más, pero bueno me gusta el cuadro de don Gonzalo (que como alguien bien observó tiene mucho de estudio de la luz velazqueña, y hay tabaco).

Creo que alguna vez fui pequeño, y vi, qué no me lo contaron, que para cocinar las religiones... eran imprescindibles algunos ingredientes: Liturgias, escrituras, profecías, misterios y milagros.


Después de mucho tiempo, no sé sí será así, pero ahora que ya fumo, no me palpéis la bolsa escrotal.
*- Y Mahandry sin parar de enredar, en fin se acaba abril.

26 de abril de 2009

VUELOS


Comienza a caer la tarde, poco hace que ha despejado el cielo y corre un frío viento de poniente, se marchan planeado las antipáticas gaviotas en dirección, parece ser, al Puerto y descienden rápidos en vueltas y revueltas los vencejos. Como en una especie de sueño he recordado la discusión de dos tártaros, Calac y Polanco, que en pleno viaje en metro y a hora punta gritan acerca de si las golondrinas son o no mamíferos.

Y parece que muy lejos recitan, con gangoso acento, aquellos versos:

Una vez, solo me dije...Tres golondrinas no hacen primavera.

O estos otros:

¡Los pingüinos, parientes de las golondrinas y gaviotas, vuelan!

Y así entre pasatiempos a la calor del calor, de todo un poco, busco analgésicos a la primaveral astenia.

22 de abril de 2009

LECTURAS


Uno de los artículos leídos esta mañana en el Diario local me ha recordado que estamos en la víspera del día de libro, bueno me ha recordado también algunas otras cosas y como siempre las extrañas y oníricas coincidencias, pero ahora no vienen a cuento, y he pensado que mañana seguramente en una de mis salidas matutinas me acercaré a mi vecina plaza de la Compañía y entraré en la que fuese Iglesia de los Jesuitas para, entre cuatro gatos como siempre, leer una página del Quijote (sacan alguna de las antiguas ediciones que conserva la Biblioteca Municipal), sé que estas lecturas continuas y públicas no tienen mucho sentido pero a los que en ellas participamos nos regalan un libro, por ahí por los estantes debe haber varios, a ver cual es el de este año.

El artículo de mi hermana Carmen del lunes y el de G-Máiquez de hoy nos recuerdan a todos que las obras que leemos, arduas o amargas, amables o tenebrosas, pueden producir sobre nosotros una especie de efecto catártico, no sé, puede que así sea.

El ultimo de los libros que he terminado de leer es este que ilustra la entrada y que podríamos clasificar entre los más incómodos y amargos que por mis manos han pasado recientemente, tal vez de ardua lectura en alguno de sus pasajes pero esto no sé si es debido a la traducción (la edición para ser de Edhasa no está nada cuidada, no en lo externo sino llena de abundantísimas erratas), desasosegante retrato de la Italia profunda que Aldo Busi desarrolla durante la celebración de un carnaval en Pieve de Lombardia, un paisaje de traición, chantaje, cobardía, mentira y calumnia que se extiende sobre todos los personajes y sus relaciones, y en las que el amor, el sexo y el engaño van siempre de la mano sin dejar a nadie libre de culpa.

Leyendo esta crónica que zarandea a la la Italia berlusconiana, en la realidad y en el tiempo, no en la literatura, tembló su suelo en los Abruzzo, en L´Aquila. En mi nada ha temblado con esta lectura y puede que nada me haya enseñado pero no me ha dejado indiferente que pienso es lo mínimo que debe pedírsele a un libro.

18 de abril de 2009

FERIA TAURINA DE JEREZ


Ya os contaré lo que dejó Mahandry sobre mi mesa al lado de el sobre con las entradas, sorprendente y portentoso. Sus cosas.

15 de abril de 2009

REBUZNOS


Escuchando las barbaridades que no paran de proferir nuestros políticos, todos, pero especialmente sonoras y acompañadas de acompasadas coces las de los de mi municipio, me he acordado de una frase que gusta y utiliza mucho mi buen amigo el Virginiano: "Si el burro rebuzna, malo. Si el pueblo aplaude, peor".

Y puede que por ello y escuchando desde el fondo de la memoria el estribillo de una infantil canción de mi niñez que decía: "Perico, Perico, eres un gran borrico, de grandes orejas y buen corazón" e intentando no agriar mi carácter, para permitir que mis orejas sigan creciendo, me aplico la medicina de uno de los proverbios de nuestro rico refranero: "Si entre burros te ves, rebuzna alguna vez".

13 de abril de 2009

PIE DE FOTO


Al pasar por la puerta del Gallo Azul a la vuelta de el colegio siempre estaba allí, aunque no de pie y si tal vez sentado en una de esas sillas forradas de formica como la del respaldo que se entrevé a su lado, y quizá algo mayor de como lo muestra esta fotografía, pero igualmente ataviado, con el sombrero, la flor en la solapa y casi siempre una varita en la mano. Era por todos conocido como El Recovero, puede que en su juventud se dedicase a la compra de huevos y gallinas para la reventa pero en esa época se ocupaba en los múltiples tratos que en ese lugar y sus alrededores se hacían, era tratante vamos. Personaje peculiar y popular.

Ayer hojeando un suplemento de fotografía que vino con alguno de los periódicos dominicales me encontré con esta instantánea, hasta ahí nada raro creo que el personaje merecería la atención del fotógrafo, lo que me llamó la atención fue el pie de foto: Jerezano, Cádiz. La prestancia del personaje andaluz parece evocar la España tradicional, aquella que era "diferente" del resto de Europa. La cultura del franquismo pretendió detener la historia en este estereotipo. En fin un pie de foto.

11 de abril de 2009

LA CUESTA DE LA PIEDAD


Despacito, poco a poco,


granos haciendo granero,


los árboles del Tempul


escoltándole el sendero,


los flamencos de Santiago


arropándola en su duelo,


al Calvario la Piedad


sube sola, pero menos.

3 de abril de 2009

PEONÍAS Y BACALAO


Desmenuzaba un trozo de bacalao, ya desalado, al tiempo que observaba desde la ventana el ir y venir de los cernícalos, este año hay dos parejas, a sus huecos de cría en el muro del ábside de la cercana iglesia. En el jaramago que desmesuradamente crece entre los ladrillos de la vecina azotea, parece que las lluvias de el invierno le dan fuerza para abrir nuevas goteras con sus fuertes raíces, se juntan y cortejan hasta tres parejas de coloridos y sonoros jilgueros. La violeta lleva más de una semana en flor y el jazmín va despacio cubriendo con sus ramas el barandal del balcón. Este año no hay jacintos, por ahora.

Los finales de marzo y principios de abril me traen al recuerdo la imagen de una pulcra viejecita que vestía un blanquisimo delantal, esta señora llamaba a la puerta de la casa de mis padres por estas fechas, los niños acudíamos alborotados y alborotadores a la entrada y la rodeábamos mientras ella dejaba su canasta sobre la abombada tapa de un arca al pie de la escalera, un bodegón de flores renace en mi memoria, las peonías silvestres que aquella mujer vendía de puerta en puerta. Un comercio imposible en el presente, quizás también ya en aquel tiempo, pero en mí están grabadas aquellas humildes y sencillas flores, su extraño olor y su efímera estancia una vez depositadas en agua en el interior de una cartela de loza blanca que colgaba de la pared. Un a nuncio de lo que hoy ya sé es un ciclo.

Pero dejo las flores y vuelvo al bacalao, también él muy de estas fechas, otro ciclo, otra vuelta, otros rituales, otra vez las comidas cuaresmales. Y estando en la cocina es Camba el que se viene a acompañarme, no es raro, era amigo de estar entre fogones, y creo que me cuenta al oído detalles de remotas y sabrosas lecturas culinarias condimentándolas con alguna, cómo no, divertida y oportuna anécdota que sin saber yo porqué deriva hacia Italia y las pastas que empieza a describir y enumerar: spaghetti, ravioli, tagliarini, lasagne, tagliatelli... musicales nombres que no pueden designar ninguna cosa mala, como los macarroni, con sus hijos los macarroncelli y sus padres los strozzapreti o asfixiacuras, unos macarrones gordísimos, cuyo excesivo diámetro no les permite pasar sin disturbio por las gargantas del bajo clero, y se preservan para los canónigos. Y ahí era donde estaba la relación que yo antes ignoraba, la Iglesia y la comida o viceversa, miro a la biblioteca y veo el lomo del tratado de economía de Fischer-Dornbusch en cuyo interior sé que hay un articulo que versa sobre el Papa y el precio del pescado, la cuaresma..., el bacalao...

Pero os voy a dejar que está entrando por la ventada un agradable olor a miel caliente, alguien debe estar preparando una fuente con torres de torrijas, a ver si hay suerte y las dan a probar. También me han prometido unos dulces que yo desconocía y que parecen ser muy propios de estas fechas: las angüelas, ya os contaré cuando de cuenta de ellas.