En el inmenso hall de un monstruoso aeropuerto recogimos, por verlo desvalido, a un pedante y pesado psicólogo argentino, le dimos mate, la mejor mezcla que todavía quedaba de yerbas uruguayas y un termo precintado con agua bonaerense muy caliente, se recobró en sus fuerzas y retomó el discurso del enredo. A alguien me recordaba y al cabo de un instante por la megafonía llamaban a Mahandry Sabanduky. Y pensé que era un sueño, y le arrebaté al barbudo el termo y la bolsa del mate, y sorbiendo la caña apareció despacio el por los altavoces reclamado, y no supe cual de aquellos seres me producía más ternura, si el psicólogo, el argentino, Sabanduky o Mahandry.
Y al final daba igual, animalitos. Y vimos el espejo del fondo de aquel termo y las briznas de hierba al fondo del saquito.
3 comentarios:
Lo que da más pena es el montón de mierda en que se está convirtiendo el mundo(si no se ha covertido ya)con tanto sicólogo, tanto argentino y tanta vaquita pelandrusca suelta que hay por ahí.¡Ah! y con tanto mariconeo, que así salen de zorronas y malenseñadas(creen que todo el monte es YERBA fresca).
Todos los que me comprendían han muerto menos tú.Espérate a que yo palmre antes que tú so mamón, sino me voy a quedar más solo que tó mismuertos.
Stamos de yerba hasta la coronilla (de la tawn). Amo vé zi pone argo yá co'one mío, keh'tá tormundo moh'keao avé ké te paza iiiiiiiiijhaaaaaa!!!!
Jonás estuvo por aquí con su inseparable ballena, tan elocuente como siempre (jamás conseguirá alcanzarme, aviso)y preguntó por tí, keatás perdío.Maldito filibustero de agua dulce....
La prima cantora de la ballena.
Publicar un comentario