Todo fue solemne, mediado el otoño y entre azules terciopelos, el paso del tiempo le había ido imprimiendo carácter y seriedad a la tómbola. Pero cuanto más se acercaba el momento del final del fin, ya sonando las gaitas y descendiendo del árbol con una flor en la mano, el maestro de ceremonias buscaba a la morena y no la encontraba.
Desde un palco preferente la augusta serenidad de una madre intuía que el telón de aquel teatro llevaba ya algún tiempo bajando lentamente.
Terminó el cóctel, el besamanos, la cena. En una de las pistas del pequeño y brumoso aeropuerto ovetense el que había sido anfitrión de los actos ascendía lentamente por la escalerilla a un vetusto aparato, con estruendoso ruido de motores despegaron de aquellas tierras, a los pocos minutos el pasajero de aquel vuelo se extrañó de que la nave no hubiese tomado dirección sur, hacia el centro de la península, y de que no se estabilizase en altura, sino que continuara en permanente ascensión, contrariado se dirigió a la cabina, al ver a Antoine pilotando comenzó a comprender muchas cosas y vio con claridad que era el vuelo de regreso al asteroide B 612.
2 comentarios:
Coincidiendo en el tiempo en un despacho cercano a Madrid a un geógrafo le va venciendo el sueño, inmerso en él, ve un tren, un frío día 9 de noviembre de 1948, y escucha unos infantiles cánticos:
De Estoril han importado
a un apuesto muchachote,
para que no sienta frío
le echaremos un capote...
Y el fingido servicio ferroviario para tan especial ocasión:
El revisor era un Duque,
el maquinista un Marqués
Y la señora de water
la Duquesa Montpensier.
Buenas , soy el primo - hermano del Marqués de Bradomin por parte de padre , madre y muy señor mío : beso a usted las manos alteza y no le beso los pies porque no llego , so jirafa.
El Virginiano
Publicar un comentario