Escuchando las barbaridades que no paran de proferir nuestros políticos, todos, pero especialmente sonoras y acompañadas de acompasadas coces las de los de mi municipio, me he acordado de una frase que gusta y utiliza mucho mi buen amigo el Virginiano: "Si el burro rebuzna, malo. Si el pueblo aplaude, peor".
Y puede que por ello y escuchando desde el fondo de la memoria el estribillo de una infantil canción de mi niñez que decía: "Perico, Perico, eres un gran borrico, de grandes orejas y buen corazón" e intentando no agriar mi carácter, para permitir que mis orejas sigan creciendo, me aplico la medicina de uno de los proverbios de nuestro rico refranero: "Si entre burros te ves, rebuzna alguna vez".
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