Comienza a caer la tarde, poco hace que ha despejado el cielo y corre un frío viento de poniente, se marchan planeado las antipáticas gaviotas en dirección, parece ser, al Puerto y descienden rápidos en vueltas y revueltas los vencejos. Como en una especie de sueño he recordado la discusión de dos tártaros, Calac y Polanco, que en pleno viaje en metro y a hora punta gritan acerca de si las golondrinas son o no mamíferos.
Y parece que muy lejos recitan, con gangoso acento, aquellos versos:
Una vez, solo me dije...Tres golondrinas no hacen primavera.
O estos otros:
¡Los pingüinos, parientes de las golondrinas y gaviotas, vuelan!
Y así entre pasatiempos a la calor del calor, de todo un poco, busco analgésicos a la primaveral astenia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario