23 de enero de 2008

CONFIANZAS

Recuerdo haber leído recientemente que los discípulos de Rousseau veían en Dios a un maleducado que irrumpía en la vida privada de los hombres sin ninguna consideración. Supongo que de todo habrá en las intervenciones de la divinidad, pero puedo decir que en mi caso no ha sido así, pienso que conmigo no ha tenido ni desconsideración ni amago alguno de irrupción molesta, es más diría que nuestro trato es, como el de los que cruzándose repetidamente en los caminos, cortésmente se ignoran y respetan.
P.S.- Aunque creo no seria justo ampliar este modelo de cordialidad a los que de múltiples maneras y en todas partes dicen ser sus representantes, estos si ciertamente molestos y maleducados en muchas ocasiones, al igual que aquellos otros que pretenden monopolizar toda idea de avance o de progreso con la única e infantil razón de oponerse a los primeros. O dicho de otra manera: que ni con los de las velas de delante ni con los de los palos de detrás. Y al final molesto para ambos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo siento hermano pero tu entrada de hoy me ha recordado muchísimo aquellas tan repetidas máximas:

-Del religioso y del mulo, cuanto más lejos, más seguro.

-No te acerques nunca a un toro por la cara, a un caballo por la grupa y a un clérigo por parte alguna.

P.D.- Ni que decir habrá que el religioso incluye al contrario y el clérigo al anticlerical. Salud.

Mahandry Sabanduky

Jaime Garcigonzález dijo...

Dios ¡ Qué bonito ! Y ese ¿ quién coño es ? Yo lo sé pero no te lo digo . . .¡ AAAAHHHH !

DIOS SOY YO , QUÉ NARICES !