12 de enero de 2008

ABRIR EL CONTENEDOR

Comenzó un año, o así al menos nosotros los contamos, y todo o casi todo seguía igual, sereno, amable y no sé si aburrido.
Pero murió un poeta, y como casi siempre, nadie habló de sus versos, y fueron como siempre los amigos los que unieron, pegaron, esculpieron una nefanda imagen, algo irreconocible, una mancha de tos en el pañuelo de un tísico curado con esfuerzos y emigrado cerca de la frontera.
Asperezas que dan los compromisos.
Me prometí a mi mismo no alterarme, dejar pasar las cosas, despejarme. Y en homenaje, rebajando el castigo, me hago viejo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Andas por buen camino, Periquillo.

Jaime Garcigonzález dijo...

Escucho unos temazos de Emerson Lake& Palmer mientras leo y aún recuerdo ( y será difícil que lo olvide )unas vísperas de la noche de San Silvestre en que recién levantados te dije " desayuna conmigo y ahora salimos a comprar tabaco ". . .Tú me dijiste "no, no tengo ganas de ná ;voy a dar uan vuelta a ver que veo por ahí" . Por fortuna estás ahí todavía ,; no era tu momento ( aquél)