16 de febrero de 2008

EL CICLO DEL CICLÓN CARIBEÑO

Sólo los que han sido muy poderosos pueden permitirse un último acto de desmedida soberbia como es renunciar a el poder. Fidel no se retira, ni el equivocado (y a la postre puntal fortalecedor de su régimen) bloqueo estadounidense, ni esa mafia hortera y delincuente afincada en Miami, en la que algunos creen ver la oposición que lo sustituya, han podido con él.
El tiempo y la enfermedad, únicos y mucho más fuertes enemigos, han conseguido el esperpento de despojarlo de su uniforme verde oliva de comandante y de su habano humeante para presentárnoslo ridículamente ataviado con el chándal Adidas.
Ese anuncio de la retirada no es más que una forma de amortiguar el comunicado en el que se nos informe de su muerte. Y creo que sabemos, la historia lo ha demostrado, que los regímenes personalistas nunca sobreviven al tirano. Ni hubo ni podía haber franquismo sin Franco, ni habrá castrimo muerto Fidel. Aunque si hay una cosa, que tan fácilmente parecemos olvidar, las gatopardescas enseñanzas que Lampedusa puso en boca del Príncipe de Salinas, que por cierto también dominaba una pequeña isla, todo cambiará para que todo permanezca. Las agencias de viajes pueden estar tranquilas, la sala Tropicana continuará, se seguirán sirviendo mojitos en la Bodeguita del Medio y habrá jaqueteras paseando el malecón. (Como en los tiempos de Fulgencio Batista y en los de Fidel y...)


* Reconocimientos: 1º A las víctimas y al sufrimiento producidos en los casi 50 años de dictadura. 2º Fidel, aunque malvado, no fue ni torpe ni cobarde.


P.S. -Como siempre hay alguna extraña excepción a aquello de que los regímenes prersonalistas fallecen con el dictador v.g. el peronismo en Argentina, pero allá ellos y sus psicoanalistas.


= La pregunta del millón, ya que hablamos del peso del carisma, ¿Sobrevivirá el juancarlismo a Juan Carlos?

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