27 de febrero de 2008

TOUJOURS RECOMENCÉ

Hoy comienza su temporada en Castellón, en la feria de la Magdalena, el torero José Tomás. Esta temporada que empieza puede ser decisiva en la trayectoria personal del diestro de Galapagar y en la del concepto, perennemente moderno por su visión clásica y eterna, de la tauromaquia del S XXI.
Atrás deben quedar los duros y enriquecedores cinco años de travesía del desierto 2002-2007 y la épica y gloriosa tarde de su vuelta a la Monumental de Barcelona. Ahora a su personalísima forma de estar y ser siempre en torero, a su concepto del auténtico riesgo y la emoción verdadera, con el que ha conseguido poner en evidencia la repetitiva y anodina exhibición técnica (ventajista y fullera, aunque muy rentable para los balances empresariales y muy del gusto de un público sutilmente manipulado)) de esa torería acomodada y sometida, deberá unir, es el momento y él sabe y nosotros intuimos que puede y tiene que hacerlo, el afrontar sin dudas el inexcusable compromiso de enfrentarse a la exigente (y tantas veces injusta) afición madrileña y aceptar sin remilgos (puede y debe, insisto) estoquear toros de más variada procedencia. Nada debe temer y a nada tiene que renunciar.
Madrid lo espera implacable y exigente y en la fe tomista (de raíces aristotélicas y aristocráticas), en la ilusión de hacer esa verdad palpable, las Ventas del Espíritu Santo desean confirmar el triunfo del teorema eterno de la verticalidad, de la elipse, de la trayectoria que acerca y no engaña, citando de frente, llevando de fuera a dentro, de arriba a abajo, sometiendo. La difícil sencillez de la colocación y los terrenos, respetando el sitio del toro al citarlo para llevarlo al tuyo, deteniendo cada instante sin pararlo, mandar templando el temple, rematarlo. Simple, mágico y puro, moderno por eterno y verdadero, un universo, un cosmos, Un Toro y un Torero. Siempre lo mismo y siempre diferente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

José Tomás ha salido en hombros de la plaza de Castellón tras cortarle las dos orejas al quinto de la tarde (generoso premio para una discreta actuación).
Ganado de Jandilla, flojo y sin trapío.(Y este es el problema- para poder torear son imprescindibles los toros.)


MAHANDRY SABANDUKY
(Cronista accidental)