He abierto una puerta y en el zaguán sencillo había una clara carta de intenciones que me invita y alienta a conocer la casa, a mirarla despacio, a disfrutarla, cruzar sus galerías, sentarme en sus salones, refrescarme en sus patios, solearme en su azotea, mirar tras los visillos que tamizan la luz que asoma a sus balcones.
La perspicaz mirada de su dueña promete deleitarnos al hacer que desvelemos lo escondido detrás de lo que estamos viendo, al detalle, de forma minuciosa, a través de un cuentahilos. Y ha puesto al otro lado de la lupa una esmeralda que al mirarla despacio nos descubra una infinita escala en tonos verdes, y tal vez, ¿porqué no?, un jardín, que para algunos es una impureza, un defecto en la piedra, y que a otros sin embargo nos parece la esencia de lo bello, lo que la diferencia y hace única.
http://www.diariodejerez.es/article/opinion/102437/miradas.html
1 comentario:
Tu comentario es muy superior a mi artículo y como tantas otras veces me conmueve y une a ti. Un abrazo
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