16 de abril de 2008

INSOLACIÓN

La mañana del lunes hice una agradable excursión campestre, me acerqué a los alrededores de una ciudad que se sitúa exactamente a mitad de camino entre la mía y Algeciras, a 55 kilómetros de ambas, curioso capicúa en el que se repiten iguales los dígitos que mejor pueden expresar la paridad. El día era esplendido y caminando por el campo con el sol sobre mi cabeza comencé a recordar que más o menos en esos mismos instantes deberían estar prometiendo sus cargos los miembros del nuevo Gabinete.
Entre las ramas y el follaje descubrí junto a un rododendro a punto de florecer lo que hasta allí me había llevado, y era que buscaba para uno de los parterres alejados y en semisombra una no muy común planta que en otros tiempos habitaba este jardín, a la que quizás la falta de cuidados necesarios, hace tiempo seca y marchita tuve que arrancar. Mi sorpresa y alegría fueron enormes al verla allí, ante mi tenia un magnifico ejemplar de Drosophillun lusitanicum una curiosa y simpática planta carnívora a la que los lugareños de aquellas tierras suelen llamar la Gazul. Pero fue en el momento de tomarla entre mis manos con sumo cuidado y mirar en su interior, estaba repleta de pequeñisimos insectos todos iguales, cuando la imagen de los nuevos Ministros cumplimentado una formalidad ante un bufetillo recubierto de rojo terciopelo y sobre él una Biblia y un crucifijo volvieron a mi imaginación. No sabía exactamente que extraño mecanismo estaba conduciendo mis pensamientos a esa fría y lejana estancia de los alrededores de Madrid, aunque me parece que hacia la media tarde y ya de vuelta al jardín, con la planta cuidadosamente alojada en mi regazo, algo de todo aquello empezó a encajar.
No dejan de sorprenderme los que se muestran sorprendidos con la composición del nuevo Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero y los que más me sorprenden son los que infravaloran y califican de inútil la creación de un nuevo ministerio como es el de Igualdad, nada veo mas atinado y coherente a sus propósitos, nos quieren iguales, exactamente iguales a lo que ellos quieren que seamos, iguales de obedientes e iguales de sumisos, todos iguales en la obediencia a las órdenes de ellos emanadas y respetuosos por igual con las prohibiciones que ellos nos dicten, nada nuevo, les viene de antigua tradición.
Pero en este camino de retorno hicimos una parada en una venta de uno de los cruces, situada junto a una dehesa en la que en grupos alejados pastaba tranquilo y ajeno noble ganado bravo, forma no sé si igualitaria pero si desde mi parecer bastante ecológica de mantener y explotar el bello paisaje de estas tierras. Y fue precisamente allí donde se me ocurrió una creo que muy acorde y ajustada propuesta para la nueva Ministra de Igualdad, oriunda de estas tierras por cierto, esta no es otra que el dictar como ellos acostumbran unas sencillas normas de obligado cumplimiento tendentes a llevar un poco de igualdad al machista y poco igualitario mundo taurino, consiste en que los matadores una vez que salgan al ruedo por la puerta de cuadrillas, y en los momentos previos al paseíllo, abandonen esa antigua y poco igualitaria costumbre de desearse: "Que Dios reparta suerte", y que esta arcaica fórmula sea definitivamente sustituida por la mucho mas solidaria: "Cornás pas to". Aunque bien pensado y como antes nada nuevo, ya en sus tiempos lo hacia Cesar Girón, cosa que ellos hábilmente podrían relacionar con la memoria histérica.

1 comentario:

Jaime Garcigonzález dijo...

Desaparece la agricultura y aparece la igualdad . . .¿ ESTO QUÉ COÑO ES ?