12 de junio de 2008

LAS MOSCAS


En la anterior entrada cometí un error, confundí a un Kiko con un Tito, amablemente un amigo de Virginia me advirtió de ello y yo rápidamente al releerlo lo percibí y no tardé en corregirlo, pero en ese comentario se hacía también referencia a las moscas, tan molestas e inoportunas cuando no se está sentado en un tendido con un puro en una mano y un pequeño y oscuro abanico en la otra. hace tiempo apareció el molesto zumbido del vuelo de uno de estos bichos en un escrito que no por casualidad se refería a Borges y Tito Monterroso, otro Tito y otras moscas, las extrañas coincidencias.

Me son especialmente molestas, tanto que pueden llegar a alterar mi carácter, pero comprendo, y así nos lo indica la sabiduría popular, que no se debe intentar acabar con ellas a cañonazos, bueno ni a cañonazos ni con DDT pues al fin ellas sobreviven y nos cargamos a los simpáticos camaleones, a las no menos encantadoras lagartijas y algún que otro pajarillo, y digo pajarillo porque ningún estudio, y las que me incordian aquí enfrente dan prueba de ello, ha demostrado que ese producto, el DDT sea en nada nocivo a las asquerosas gaviotas.

Monterroso cuenta que tuvo la idea de reunir una antología universal de la mosca pero que pronto se dio cuenta de que era una empresa prácticamente infinita. La mosca invade todas las literaturas y, claro, allá donde se pone el ojo se la encuentra.

"Oh, Melville, tenías que recorrer los mares para instalar al fin esa gran ballena blanca sobre tu escritorio de Pittsfield, Massachusetts, sin darte cuenta de que el Mal revoloteaba desde mucho antes alrededor de tu helado de fresa en las calurosas tardes de tu niñez y, pasados los años, sobre ti mismo en el crepúsculo te arrancabas uno que otro pelo de la barba dorada leyendo a Cervantes y puliendo tu estilo; y no necesariamente en aquella enormidad informe de huesos y esperma incapaz de hacer mal alguno sino a quien interrumpiera su siesta, como el loco Ahab. ¿Y Poe y su cuervo? Ridículo. Tú mira la mosca. Observa. Piensa."

Luciano en su elogio de la mosca nos dice que tanta es la fuerza que tienen al picar, que rasga no solamente la piel del hombre sino aun la del caballo y la del buey; y aun al elefante le causa dolor cuando se le introduce en las arrugas, y con su trompita, según la posibilidad de su tamaño, lo hiere. En cuanto a unirse unas con otras tienen las moscas muy gran libertad, y el macho no deja inmediatamente a la hembra como el gallo, sino que se le une por largo tiempo y la hembra lo soporta y aun lo carga en su vuelo y se va juntamente con el macho sin que esto les perturbe.




Al escribir estas lineas he recordado a Mahandry al que le hubiese hecho reír la referencia a Melville y a su capitán Ahab de Monterroso y, no menos, la comparación de Luciano de las trompas de la mosca y el elefante, pero no le veo desde las persecuciones por el jardín, no da señas de vida, raro, tanto como que en el mismo día falten algunos papeles de mi mesa y de mi mochila el calzado que utilizo para ir a la piscina, extraño, y esta mosca cojonera que no para ¡ZUUUMMMM!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Yutarets! kasagad bah!

Anónimo dijo...

No te preocupes tanto por mi en estos momentos me dirijo desde Emporia hasta Chesapeake y si no me acogen en este Estado pienso cruzar a Carolina del Norte la frontera está cerca, no me cogerás. Con respecto al tema de hoy recuerdo como te molestaba uno de mis discos que todavía debe estar por ahí, el de Golpes Bajos, cuando yo repetía una y otra vez y cantándolo al unisono el tema "Colecciono moscas", así como la lectura de ese libro de William Golding "El señor de las moscas". Bye...

MAHANDRY SABANDUKY

Jaime Garcigonzález dijo...

Sra. de Sabanduky,Mahandry
Paradero desconocido s/n
La Vida (Cosmos)

Deslumbrante dama:
Al tener noticia de sus andanzas por estos benditos territorios de Virginia no tengo más que palabras de admiración y decirle que aquí en Richmond tiene Ud. su casa, siempre honrada por las pisadas de sus esplendorosos pies ante los cuales me desparramo.
P.S.
Los de North Carolina son maricones(y que no se "mosqueen").

El Virginiano

Jaime Garcigonzález dijo...

Cuando vuelvas del norte recuerda..."mas cornás da el hambre..."

Jaime Garcigonzález dijo...

Al final morirá en la plaza, pa seguir jodiendo a Belmonte

carmen dijo...

Los demás le dan mas importancia que él a la muerte y a la vida, el sólo hace su toreo y que le siga quien quiera y pueda.

Yo oí la corrida en directo en burladero.com, y los del 7 protestaron la primera oreja. Se ve que su desprecio molesta.

Buenos dias con Poesía dijo...

Os he dejado una entrada por si quereis opinar de José Tomás.

Yo era fiel partidario pero ya me está dando hasta miedo. Creo que va camino de cargarse la leyenda de Juan Belmonte como dice Jaime.