1 de junio de 2008

LOS CÁLIDOS REFLEJOS


Ayer sin darme cuenta me referí a un reflejo en un antiguo espejo, ahora, hace un rato, al pasar cerca de él, incauto y precavido, he visto ese reflejo, el de ayer.

En un excelente artículo el por mi muchas veces denostado Trapiello, denostado porque produce en mi la misma reacción que esos toreros que pudiendo haber llegado a serlo todo en la fiesta, con las cualidades y la clara concepción estética, no supieron darlo todo, se perdieron (v.g. José María Manzanares), pues algo similar me ocurre con Andres Trapiello, es el que más se acerca, y no rompe, se pierde. Hoy no, en "El monopolio de los espejos" nos ofrece en una lección de maestría como rematar un artículo.

De nuevo y como siempre las aparentes e imposibles casualidades, termina el poeta su página con una alusión a Stendhal, que nos dejó dicho que la novela es un espejo paseado a lo largo del camino, y casi al mismo tiempo leo un comentario a una de mis entradas en el que una sensible dama, de apetecible nick, me recuerda el síndrome de Stendhal, que yo voluntariamente más de una vez he confundido con la kantiana sensación estética con el solo propósito de poder explicarla con una muy burda comparación.

Y el ciego, ahora apartado, esté tal vez sonriendo al lado del espejo.



¿Por qué persistes, incesante espejo?

¿Por qué duplicas misterioso hermano,

el menor movimiento de mi mano?

¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?



* - Insisto, para mi, incauto y precavido. sobre todo por la segunda de las acepciones que nos da la RAE de cálido, esto es astuto.

4 comentarios:

Jaime Garcigonzález dijo...

El comentario de la entrada anterior debería estar aquí peo bueno, ya se jode

Jaime Garcigonzález dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jaime Garcigonzález dijo...

peRo, no pe,,,
hahjhajhjaaa qué etupidez

Jaime Garcigonzález dijo...

hermano, y cuidao con er jamón que pué habé bardeo...amo dehanno cashondeo UAHAHHAHAAAhahahahahaaaa....