31 de mayo de 2008

FIN DEL JODIDO MAYO (ENTRE VIENTO,LLUVIA Y FLORES)

El zarpazo del tigre me dejó muy herido, casi no tuve fuerzas para dar unos pasos, caí sobre la cómoda butaca, ahora libre de libros y revistas, y me invadió el letargo silencioso, pensé triste y tranquilo que me estaba durmiendo, que tal vez ese estado llevase hacia un pasillo del olvido, y algo de todo aquello sucedió, pero yo no soñaba, no había sueños, sentí pasar el tiempo cuando el viciado aire del tabaco comenzó a despejarse, una brisa al principio suave parece iba a sacarme de la abulia, de recrear los recuerdos, de dormir sin soñar...
Me abandoné a mi suerte, sintiéndome unas veces diminuto, otras inmenso, me dejé llevar por ese viento. No pretendía hacerme ilusiones, pero quería escuchar la melodía de ese aire, intentar dormir acogido a su arrullo, esa música me iba adentrando en mi laberinto interior, y el viento me cogió, me hizo trazar en el aire elegantes espirales, ascender hasta las torres más altas y correlativamente sumirme en los más profundos de mis pozos. Paseé por elevadas cornisas, rocé claves de bóvedas ornamentadas con escudos, en algún momento intenté escapar por una diminuta ojiva, di vueltas y vueltas al rededor de columnas, atravesé paredes de piedra milenaria...Hasta que al fin un repentino éxtasis del aire, me permitió esconderme, acurrucarme, bajo un banco de piedra del jardín, y desde allí contemplar el paso de vendaval, nuevamente furioso, nuevamente ruidoso y musical, que me buscaba, que a veces me llamaba y agitaba, pero que al fin pasó de largo y me dejo como un poco dormido, o más exactamente, sumido en ese estado de quietud que sustituye con notoria imperfección al sueño.
Y así llegó la claridad del alba, que no era clara, sino de ese oscuro gris que se difunde a través de la densa niebla. Y el viento huyó, y al mirar por la ventana vi a la lagartija detrás de los mosquitos, al levantarme de la butaca me refleje en la manchada luna de un espejo, borrosa y oxidada, cruce el pasillo y oí sonar el teléfono, cuando iba a descolgarlo mi mano rozó una de las peludas hojas de la violeta, rabiosamente en flor, hacía un rato que dejo de llover, contesté al aparato, entonces comprendí que aquellos vientos soplaban de llanuras de Virginia.

24 de mayo de 2008

FUNES-TO

Hoy, sincero y amable, diferente, Mahandry me ha llamado, y tengo que deciros que esta vez su consejo es además de sabio muy sensato, sus francas y sencillas palabras fueron estas:
-Intenta, hermano, en lo que puedas, olvidarte de Funes.


* Y me añadió una nota aclaratoria: De Ireneo, no de Louis.

23 de mayo de 2008

DENCI


Allí quedó el amigo, para siempre,

su humana y fuerte voz en los guachinches,

jerezana, palmera y chicharrera,

de San Miguel de Abona ayer me llegó el frío...

el Teide y la Orotava,

los recuerdos, mi niño, los recuerdos.

22 de mayo de 2008

ESPERADAS REACCIONES

Podría justificarme achacando mi iracundo estado a las incomodas molestias de la espalda, pero eso no está bien, ni mis públicas quejas ni la irascible reacción hacia el bueno y paciente Mahandry, he recibido mensaje suyo en el que sin expresarlo abiertamente, entre nuevas preguntas y algunas reflexiones impregnadas de un poso melancólico, se le ve más que triste dolido.
Comienza con agradecimientos fríos y formales por descifrarle y despejarle sueños y dudas, me informa en tono taciturno y mohíno que nunca más volverá a equivocar los nombres ni las obras de dos ya amigos suyos (así me los define) como ahora son Herman Melville y Edgar Neville, del de Nueva York me dice que aun disfrutando mucho con su prosa (y aprovecha para hacer unas malévolas comparaciones entre mis dolencias y las que sufría el capitán Ahab, no cambia) le produce más placer la lectura de Nathaniel Hawthorne (sutil que se nos vuelve Sabanduky) y del madrileño cuenta que ha conseguido, no sé por que extraños cambalaches, toda su filmografía remasterizada, ¿?, pero que sólo ha tenido tiempo de visualizar (sic) La Torre de los Siete Jorobados en la que ciertamente encuentra similitudes escenográficas con su memorable sueño.
El halo de amargura va perdiéndose lentamente conforme entremezcla en el escrito pormenorizados relatos de nuevas trapisondas en las que no se explica como ha podido verse involucrado, y hacia el final, parece que ya bastante repuesto, me pide con indisimulada alegría haga todo lo posible por ofrecerle el máximo de información de la que yo pueda disponer sobre ese tal Villalón, ese según él pobre poeta que alguna vez quiso ser ganadero, o viceversa, no le quedó muy claro.
Prometo desde aquí solemnemente hacer lo que pueda por aumentar sus dudas, al fin y al cabo nos lo merecemos.

21 de mayo de 2008

IN COLUMNA FORTIS STABO


Fue el domingo al volver de la vieja alameda, con la prensa y los libros bajo el brazo, ya casi aquí, muy cerca de la casa, en Tornería sentí rozar el torno, saludando a Rosi y a Maruja junto a la puerta de la heladería, los besos, los cumplidos, la referencia al tiempo (esta vez de verdad si es primavera, cambiante, fría y lluviosa y calurosa) y de una forma ingenua, como sin darme cuenta, me referí a mí espalda, sin llegar a la queja alerté a los demás de mí molestia.

La tarde como tantas me pasaba entre los suplementos de los periódicos y en la columna el tenue picotazo, una gota monótona golpeando, un pinchar sordo, aparté de mi la prensa, busqué abrigo en las páginas del ciego, lo hojeé sin un camino cierto, saltando de una senda a una vereda, de vez en cuando entre la maleza, en semisombras, vi pasar al tigre y puede que siguiéndole acabé en su poesía, las tardes, los espejos, los ciclos, el río...Sabéis que no es la parte que más gozo de su obra, pero fluyó el recuerdo, de algún sitio, de alguna circunstancia, emanaron los versos concordantes, articulados por el otro poeta que quizás casualmente o tal vez por azar hace poco pasó por el jardín dejándome esta analgésica receta:


Y tú, rosario de huesos, columna vertebral,

que no desgranará ninguna mano,

aleja de nosotros esa hora enemiga,

roguemos por el río que nos siega la vida

y hacia nuestras pupilas inquieto se apresura.


J.S.



* Nota aclaratoria para el inquieto, confuso y a lo mejor por eso actualmente nervioso Mahandry Sabanduky: Las iniciales J.S. al pie de los versos no corresponden a Jaime Salinas, no, sino al montevideano Julio Supervielle, si el mismo que hace días estuvo con nosotros entre los pastizales con las vacas. Y sobre el encabezamiento de la entrada no empieces a enredar con el monumento funerario a Granero, la sevillana calle mármoles, algún bar de ese nombre en tiempos frecuentado, no, Mahandry,no, acuérdate de la capilla del colegio que tan raras veces visitabas. No, Mahandry, no, las columnas de la fotografía no son las que se llevaron del templo de la calle mármoles a la Alameda, ni esa era la alameda a la que yo me refería, estas están cerca de Soria, animal, no ves el páramo y la luz de ese cielo. ¡Qué cruz!

19 de mayo de 2008

VAQUITAS


Días atrás comencé una serie de pots relacionados con las imposibles casualidades, algo poco casual, venían ellas provocadas por un principio, incardinadas a una personal secuencia, encadenadas, enlazadas, enraizadas en pretéritos errores.

Y esta de hoy va a tomar otra de las sendas de una cualquiera de las bifurcaciones de los caminos del jardín, que entrelazándose conducen más lento o menos rápido a la zona de los establos y a los cercanos pastizales. Causas, efectos, misivas que han llegado procedentes de Virginia interesándose en la materia pecuaria, en todo lo relativo a la salud, el carácter y el comportamiento de la cría bóvida, la influencia de la alimentación en la suavidad de su pelaje y alguna otra cuestión de orden menor como la posible rentabilidad de la explotación, por procedimientos exclusivamente ecológicos, eso si, de un híbrido de la variante charolesa de tales criaturas con el cangrejo violín, si del que se arrancan las exquisitas bocas de la Isla. Aquí le dejo un resumen o extracto de esas prosas encontradas al sabio virginiano por si pudiesen serle de alguna ayuda.



"Cuando, acompañados por el poeta Jules Supervielle, entramos en la casa del pintor Marc Chagall, vimos que era una vaca quien nos había abierto la puerta. Ya dentro, vacas por todas partes: sobre los armarios, sobre las mesas, sobre las sillas, sobre los libros...

-Pero su estudio , Chagall, es más bien un establo.

Y pienso que él se cree más pastor que pintor. Pero no, hay que desengañarle. Hay que decírselo muy claro: él es tambien una vaca. Una de esas vacas que el bueno y grande Fernando Villalón hubiera adquirido a cambio de una isla, un olivar o un pico de montaña: con los ojos verdes, luminosos, capaz de dar a luz toda una raza de toros andaluces con pupilas de estrella

-Hay que amar a las vacas-nos dice Chagall alargando el hocico, sin duda porque su madre abrevaba en el Don, y su abuela, por parte de la misma, había sido una hermosa cornúpeta, robada por los rusos a unos mercaderes kirguises-. Hay que quererlas mucho. Para mí, el universo entero está poblado de ellas.

Efectivamente, en aquel mismo instante una preciosa vaca de ojos verdes se bajaba de un Ford y llagaba a nosotros atravesando el jardín. "Muuu", dije yo, dándole la mano. Ella mugió también. Y todos los demás hicieron lo mismo con tristeza.

-Vacas, vacas, nada más que vacas.-Sí, es verdad.

-Vacas.

-Adiós.

Ya por los bulevares, solo, mientras caminaba extrañado de que siendo una vaca me dejasen andar por las aceras, iba pensando que me había olvidado decirle a Superville que las vacas de Chagall, llenas de humanidad y sabiduría, por saber del cielo, de la luna y las estrellas, porque han descendido por las vertientes luminosas u oscuras, verdes o secas de nuestra alma, porque no ignoran lo que tiembla en el Norte, en el Sur, en el Este y en el Oeste (sobre todo en cierto Oeste cinematográfico), porque nos hablan en el sueño con una tristeza cabeceante de barca abandonada, y serian capaces de dejarse decapitar ante el crepúsculo, merecen todos nuestros respetos".



RAM





Creo muy necesario hacer hoy una nota aclaratoria destinada a evitar las confusiones a las que tan proclive es el bueno de Mahandry, sé de su veneración a las vacas, por su origen y tradición él no sólo ama a las vacas sino que las venera, para él las vacas son sagradas, y por lo mismo me veo en la obligación de dejarle claro que RAM no es una de esas por él detestadas empresas dedicadas a la innoble explotación de los productos de origen vacuno.

18 de mayo de 2008

ZARPAZOS Y MAULLIDOS


Un comentario cinematográfico-gatopardesco a una de mis últimas entradas, mi respuesta al mismo con referencias lampedusianas, tratar insistentemente el tema de las imposibles coincidencias y de pronto y de nuevo esa extraña inquietud en la forma aparente de la casualidad.

La tarde, los cafés, revistas literarias que recuerdan, reviven usando como escusa una redonda cifra, un nuevo aniversario. Lampedusa falleció en su cama la madrugada del 23 de julio de 1957, siempre había cortejado a la muerte, al igual y de la misma forma que su antepasado don Fabrizio de Salina. Murió tras escribir, en sus últimos tres años de vida, el libro que su trágico destino le impidió ver publicado y gozar del fenómeno editorial en el que se transformó a partir de su aparición en 1958 (editorial Feltrinelli). Al año siguiente la novela ganaría el premio de narrativa más importante de Italia, el Strega. En 1960 se habían publicado ya 52 ediciones y en el 63 Luchino Visconti potenciaría el fenómeno filmando la extraordinaria versión cinematográfica en la que el príncipe de Salina es encarnado, inolvidable y magistralmente, por Burt Lancaster.

La vida de Lampedusa fue un largo esfuerzo por comprender el mundo y su extraño sitio en él, había viajado por toda Europa, leía sin cesar literatura europea, sobre todo las grandes novelas inglesas y francesas. De los libros de Jane Austen decía: "No ocurre nada, gracias a Dios". En esta aparentemente inocua fracecita se explica en parte todo lo que en él es un anhelo y a mi me recuerda actitudes y poses ante lo que se pierde, lo que desaparece, lo que vemos hundirse lentamente, pero sin olvidar que los rasgos con los que magistralmente Lampedusa define al personaje, con las lineas que nos lo dibuja y se dibuja a si mismo, son los de un hombre que no sabe engañarse. Ahí es donde creo que está todo.


Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna que tutto cambi.

Mi sono spiegato?


*¿ Siempre comparamos el archiconocido aforismo lampedusiano con frases de Stendhal, al que sabemos que admiraba y sobre él que versa el resto de su escasísima obra, pero no recuerda también inquietantemente al Orwell de Animal Farm y su no menos conocida máxima: todos los animales somos iguales pero unos animales somos más iguales que otros?

17 de mayo de 2008

PRIMUM

Dicen que un día andaba Belmonte por Sierpes con unos amigos y viendo a un chaval delante de él, preguntó: "¿Quién es ese chiquillo?", ¿Es un bailarín?". "No, -contestaron sus amigos- es de Paula y dice que quiere ser torero". "Pues que me lo traigan a Gomez Cardeño que quiero verlo torear" dijo Belmonte. Así fue (comenta años después Rafael) el chofer de Belmonte iba a Jerez al barrio de Santiago a recoger a aquel chiquillo para llevarlo a la finca del viejo torero. Así aprendió Rafael a torear bajo la atenta mirada del viejo maestro, que le aconsejaba y enmendaba defectos. Cuentan que ver torear a Paula fue uno de los mayores deleites de Belmonte en sus últimos años de vida.

16 de mayo de 2008

CORCHERO


En más de una ocasión he hablado, paseando por el jardín, de lo inquietante de las coincidencias y ayer sin ir mas lejos ocurrió una de ellas. Comenzaba mi entrada: La luna de los lunes, del pasado y de otro mas remoto. Recordaba con nitidez, he reconocido muchas veces mi torpeza manual pero no tengo mala memoria, que la corrida del 12 de octubre del 87 en la Maestranza fue un lunes. El comentario de mi hermana citando los versos de Paco Montero me hizo dudar de mi recuerdo y quise situar ese poema en uno de sus libros "Ovaciones en mi albero" (sentí revividas las imágenes de su presentación en la bodega de La Concha con Paco, Paula y Matias Prats, padre, que lo prologaba) pero al buscar la reseña del libro en Internet me di cuenta de mi error, fue publicado en el 86 y por tanto no podía incluir ese poema. Pensé que los versos aludidos "No se le pude cantar, puede más que la palabra..." aparecieron en un articulo en el que el poeta cañaílla agradecía al gitano el brindis del quinto toro, el de la faena mágica, y que fue publicado por ABC. Pero intentando encontrar este articulo me topo con una de las innumerables loas a la faena inmediatamente anterior a la del día del Pilar en Sevilla, el lunes 28 de septiembre de 1987 en la ultima de las corridas de la feria de otoño de Madrid, con Corchero, el toro sobrero de Marinez Benavides, después de diecisiete años de haber confirmado su alternativa (que tardo otros diecisiete años en confirmar, otra inquietante coincidencia, esta vez numérica) el gitano hizo realidad el sueño, el sueño que soñó Juan Belmonte al verlo torear uno de sus novillos una tarde en jerez en mayo del 58.



Lienzo con sombras y luces,

negro miedo que me asombra,

que sobrecoge el tendío,

capote de azul envés

desbaratando el sentío,

cuando sueña Rafael.

15 de mayo de 2008

LA PERCEPCIÓN DE LA LUZ



La luna de los lunes, del pasado y de otro más remoto, los vuelos de algún pájaro, las lecturas, la imagen del recuerdo... Y al abrir los periódicos Felipe (el de Rota) en El País.


Vencejos, iluminadoras palomas, memorias selectivas, imposibilidades técnicas de reflejar la magia sobre un soporte magnético o digital...Se ha hablado tanto, se habla y se hablará del halo del misterio. ¿De dónde partirá la esencia de lo clásico?


El artículo me ha hecho recordar el pase público de la faena de otoño al toro de Martinez Benavides (siendo sincero, de aquella noche, lo primero que me viene a la mente es la apertura del informativo de las doce de la primera de las dos únicas cadenas televisivas existentes en aquel entonces, en titulares Rafael Soto Moreno, la inquietud de mi incertidumbre y el exultante y tranquilizador rostro de la directora del telediario transmitiendo el triunfo del gitano como algo propio, en cierto modo lo era) aquí, en Jerez, en el salón del Centro Cultural de la Caja de Ahorros, los comentarios a la salida, la distancia entre lo vivo y lo pintado...


Dos semanas después, un lunes doce de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, Rafael encerrado con seis toros de Bohorquez en la Maestranza, los profundos silencios, la nerviosa incertidumbre y el quinto (que Paula le brindó a Paco Montero Galvache) que de forma perenne vagará para siempre, tamizado, perfecto en mi recuerdo.




13 de mayo de 2008

BREVE

Durante algún tiempo el suegro de Letizia fue apodado el breve. Tras las reformas por él impulsadas para apartarse del ejercicio de responsabilidades de gobierno no fueron pocos los que lo definieron como un Rey para republicanos. Pero observándole, en sus actitudes y comportamientos de los últimos tiempos, parece que no, que ha dado un paso mas allá, que está inmerso en una nueva reforma que haga posible una vida mas privada, mas intima, mas alejada, para su hijo y su nuera.
No sería nada extraño que el bueno de Majandry, en alguna de sus pequeñas confusiones, interpretase esta entrada como comentario a ciertos documentos papales, él es así.

12 de mayo de 2008

PENTECOSTÉS

Reminiscencias ornitológicas que a pesar de ser este lunes el que es no toman forma de iluminadora paloma, sino más bien de curvos y veloces planeos de vencejos, me intentaré explicar. El sábado de feria, cuando a media tarde cruzábamos la plaza de Aladro en dirección a la calle Zaragoza, mi mujer me transmitió su intuición de que íbamos a vivir una gran tarde de toros, y hay que admitir que no se equivocaba, pero en ese momento la respuesta que de mi recibió fue esta: -Ya hablaremos cuando vuelen los vencejos.
Al filo de las nueve de la noche su previsión se había cunplido, se había vivido una gran tarde de toros, uno de los matadores, por él que se recordará la tarde continuaba en la enfermería, los vencejos sobrevolaban la plaza y yo aún no había hablado.
Tres parejas compartimos mesa en una de las terrazas de la cercana barriada de la constancia y entre copas y pescaíto frito se comentó la corrida, en caliente, y hubo acuerdo, lo vivido esa tarde quedará en el recuerdo.
Han pasado los días, he charlado del tema, he intentado plasmar vivencias de esa tarde, rozar la perfección, o casi conseguirla, en los cites de frente, en largos naturales, profundos estatuarios, gaoneras de ensueño...
Y cuando pienso en ello los círculos veloces de vencejos en vuelo, cándido y volteriano, ya después del azote me pregunto: ¿Donde estará el pellizco?


Un serio y bello análisis hecho con cuentahílos recuerda la importancia de dar vida a la fiesta, devolverle pureza, alejarle artefactos de alta definición, y es cierto y ahí coincido. Aquí dejo una muestra, de una tarde lejana, de antes de retirarse, en Madrid en las Ventas del Espíritu Santo.


YouTube - Jose Tomas en Madrid 2 Orejas

10 de mayo de 2008

¡HUY!

Me disponía a abrir la portezuela del buzón cuando escuché el saludo, a media voz, a mis espaldas:
-Hola Pedro.
Me volví y al verle, mientras él recogía sus folletos y revistas de oculta y oscura medicina de su compartimento postal, le respondí:
-Hola Paco.
Como en él es habitual, en su compuesto y estudiado gesto de despiste, apartó de mi la mirada. Nada había de extraño hasta ese momento, tomó la dirección del primero de los patios e introdujo su llave en la cerradura de la puerta de su consulta, en la que ejerce la nigromancia oficial.
Subiendo las escaleras con las cartas en mis manos vi que uno de los sobres llevaba mi nombre escrito en caligrafía no desconocida. Al llegar a esta mesa tomé la plegadera y abrí el sobre, contenía un tarjetón de cartulina verjurado en suave y discretísimo tono ocre (siempre tuvo un gusto exquisito a la hora de elegir el papel) con las iniciales M.S. troqueladas en el ángulo superior izquierdo.
Tras un breve primer párrafo en el que me daba cuenta de la administración de intereses que nos son comunes y que aquí no vienen a cuento, la parte interesante, sugestiva o como a bien tengamos llamarle. El díscolo mahandry ya tenia constancia de la transcripción de su peculiar aventura onírica expuesta en la anterior entrada, aunque me explica que más que una mera transcripción de su experiencia ve en mi escrito una interpretación aclaradora y tranquilizante, ¿? , que le ha servido para tomar a su cargo el estudio semiológico, e incluso semiótico, del escrito, que aunque, en su opinión, con varios lugares comunes, expresados eso sí, en la jerga más preciosista, no duda en afirmar que constituyen los símbolos de algo que aún no tiene bien dilucidado, pero que, desde luego, seria un disparate no tomarlos al pie de la letra y creerlos como verdaderos. Hasta aquí en su más pura linea mahandrinesca, pero continua con algunas preguntas de las que él se empeña en calificar como simples y sencillas, y para las cuales dice, mis respuestas pueden serle de muchísima ayuda.
Tras alguna digresión colateral en la que manifiesta su desacuerdo, no sé bien con quien, en la posible influencia del expresionismo cinematográfico alemán en la obra del autor estadounidense, se enreda en interrelaciones, para él muy claras, de las que pone como ejemplo el tema de la pesca en parte de la obra de E. Hemingway y la para mi desconocida hasta ahora amistad de Ordoñez con Wells (H.G. y no Orson aclara de forma gentil).
Pues bien, tras todo el maremagnun, gazpacho, potaje, batiburrillo o empanada, por fin la esperada pregunta: - ¿Podrían constituir sus remotos orígenes orientales, indio-pakistaníes un impedimento en sus intentos de que le sea concedida la utilización del titulo de conde de Berlanga de Duero, que él considera vacante, y para lo que ya ha impulsado los tramites ante el Ministerio de Justicia, acompañándola de las pruebas de su petición de amparo, mediación y protección al mismísimo presunto cura santo de Barbastro?
De nuevo, y pese a ser las horas centrales de la mañana, la cefalea, la confusión, la fatiga, mi ingenuo deseo de encontrarle un sentido a todo esto. Me levanto y me acerco a uno de los muebles de libros en el que se encuentran los tratados de botánica, de forma distraida, algo me conduce al tomo C, me detengo en el centeno, y nuevamente la c, el cornezuelo, en ese momento recuerdo el reciente fallecimiento, ya nonagenario, de Albert Hoffman, y si su descubrimiento no influiría en la inquietante actitud del ahora aspirante a mercedes nobiliarias.
Dejo el libro encima de la mesa y veo que sobre la butaca de orejas se han ido acumulando periódicos y revistas, los recojo y me dispongo a llevarlos al más próximo de los contenedores de papel, lo tengo aquí al lado, justo en la puerta trasera del colegio de San José. Al bajar las escaleras cargado con las pesadas bolsas repletas de periódicos observo que en la banqueta de la galería del patio, junto a la puerta de la consulta del psiquiatra, absorto en la lectura de un libro que sostiene en sus manos, está él, cruzo rápido y en silencio, ha habido suerte, no me ha visto.


Instantes hubo en los que sentí debilidad y a punto estuve de revelarle a Mahandry las identidades de la dualidad que tan extraños sueños le provocan, pero no, tuve entereza, recordé las altísimas instancias que por él interceden, además sé que disfrutará de la conversación con el andoba cuando cruce esa puerta.

7 de mayo de 2008

LABERINTOS

Cuantas cosas nos ocurren que nos parecen extrañas y lo mas sorprendente es que no las admitamos, que les busquemos sentido, que creamos que tienen una explicación, que inventemos esa explicación, que nos esforcemos en creerla, que actuemos apoyandonos en esas creencias que no consiguen engañarnos, que sabemos falsas y que nos asombremos de que continúen ocurriendonos cosas cada vez más extrañas.


Supongo que a estas alturas casi todos sospecharían quien estaba al otro lado del teléfono que tan insistentemente sonaba mientras yo regaba la recién florecida violeta, si era él, su voz se mostraba preocupada, intenté calmarle como pude pero comprendí que lo mejor era dejarle hablar, que se desahogase. Comenzó contándome algo acerca de un extraño y muy confuso sueño en el que él y una bellísima y muy joven mujer, eso si con aspecto de ballena (se extendió en las explicaciones del aspecto ballenaceo con irritante reiteración), escapaban de un baile en un elegante y céntrico piso del barrio de Salamanca y eran perseguidos por dos ancianos, bastante más interesados en la guapa ballena que en él, también insistió reiterativamente en esto, no les fue fácil escapar de sus perseguidores que pese a su avanzada edad se mostraban muy ágiles y veloces. En su huida se adentraron por las calles del viejo Madrid, me contó que consiguieron zafarse de sus perseguidores introduciéndose en un tétrico y laberíntico edificio repleto de singulares moradores, a uno de los cuales al parecer le escucharon hablando a solas bajo un farol rodeado de lagartijas identificarlo, al edificio o lo que aquello fuese, como La Torre de los Siete Jorobados. No terminó hay la cosa, no, él y su bello mamífero marino parece que encontraron un apacible y discreto lugar donde solazarse y después de un episodio que o yo no conseguí entender o él no expreso con la debida claridad, tras dormitar un tiempo no definido y después de fumarse unos cigarros, o mientras se los fumaban, ya casi nada me iba quedando claro, el y su amiga comenzaron una discusión en la que no se ponían de acuerdo, Mahandry defendía que él todo aquello lo había visto en una película y ella por su parte le decia que no, que recordaba con claridad haberlo leído en un libro. En lo que parecían estar finalmente conformes los dos era en el nombre de la protagonista, una tal Moby, tampoco parecían tener duda alguna en que el director de la película o el autor del libro era un tal Edgar Melville.
Yo al llegar a este punto además de confuso y nervioso empezaba a estar bastante irritado y en ese momento y con un tono bastante más calmado y sereno que al principio de su perorata el bueno de Mahandry me aclaró que nada de todo lo expuesto hasta ese momento tenia mayor importancia, que lo que en realidad reclamaba de mi era la respuesta a una según él sencilla pregunta, bueno dos aclaró en un ataque de sinceridad. Y por fin planteo la doble pregunta que no erara otra que esta: ¿Perico como se puede comprender a las mujeres, y la parte más importante, cómo puedo comprenderme a mi mismo?
Mire a la lagartija en la pared de enfrente, apagué mi cigarro en la maceta de la violeta, vi cruzar volando al cernícalo, escuche a las gaviotas y antes de colgarle le dije: Vale Mahandry, picha, te has lucido.

6 de mayo de 2008

YA ESTÁN AQUÍ...

Detrás del casi seco jaramago, el mismo en que se posan y se cantan, lo picotean y se picotean, se cortejan y estallan en colores otra vez la pareja de jilgueros, ayer timidamente, de nuevo y la primera en esta temporada, saliendo de su grieta la observé disponerse a solearse, ya ha despertado, ya podré detener mi mirada en ver sus cacerías a la luz del farol, simpática y traviesa, mi buena amiga y suave insecticida, la salamanquesa.
Y un poco más allá de mi ventana en un hueco del fuerte contrafuerte, que aguanta el ábside del templo del león, los pollos del cernícalo le esperan, asoman, pian, pelean por colocarse los primeros a recibir el puntual alimento que en idas y venidas le ofrece la pareja de bellas, fuertes y pequeñas rapaces.
Y todas estas cosas alegran mis mañanas al mirar hacia afuera desde esta ventanita que se asoma discreta a la calle la Paz. Más al sur, a pleno mediodía, a la torre del Carmen, de cuando en vez, se acerca la cigüeña.
Pero no todo es bello, no es poesía, y a mitad de camino entre uno y otro templo, el del evangelista y el de los seguidores de Teresa y de Juan de la Cruz, se alza en su indecencia una grúa de color amarillo en la que sin remedio se posan las gaviotas, su vista y sus graznidos me hacen bajar persianas y recoger cortinas.
Otra vez solo, los libros, los papeles y de repente el timbre del teléfono que suena y a su lado en la mesa en el pequeño tiesto que cubre su maceta, del centro, del cogollo de sus carnosas y peludas hojas, abriéndose incipiente la violeta africana, si aquella misma que al lado de mi cama y junto a otra ventana vi en Cádiz florecer, pero entonces y allí los amarillos picos, los blanquinegros vuelos, las patas palmeadas no molestaban tanto, estaba junto al mar, a las puertas del mismo, a las puertas del mar.
Lagartijas, cernícalos, africanas violetas, equivocadas gaviotas y ese teléfono no para, no deja de sonar. ¿Se imaginan ustedes quién puede estar llamando?

4 de mayo de 2008

TRES HERIDAS

Se lanzan propuestas de forma irónica y desenfadada y algo absorto comprueba uno que atendiendo solo a lo que de supuestamente igualitarias encerraban son seguidas a rajatabla dejando de lado lo que la lógica de la inteligente prevención aconseja en la aplicación de la norma abstracta al hecho particular y concreto.
Y así la indicación aparecida hace unos días en este jardín y que hacia referencia, aprovechando la ocasión de la creación del nuevo Ministerio de Igualdad, a la sustitución del arcaico "Que Dios reparta suerte" que se desean cortes y mecánicamente los matadores al salir a las plazas, por el más igualitario y solidario "Cornás pa to", fue ayer seguido al pie de la letra por los tres toreros que componían el cartel de la tercera de las corridas de la feria del caballo de Jerez. El primero de los matadores de la terna vino ya a la plaza con la cornada fresca y cosida en uno de sus muslos, y así tuvo que hacer el paseíllo sin ni siquiera poderse ceñir al cuerpo el bordado capote. El diestro que accedió a la plaza en la posición central amparado por sus compañeros por ser el de más reciente alternativa tampoco escatimó esfuerzos solidarios y ofreció su cuerpo a los pitones del burel, debido a su bisoñez e inexperiencia, en la primera de las tandas de muletazos al primero de sus toros, el tercero de la suelta.
Pero el máximo alarde de igualitaria solidaridad lo puso el espada por el que se había colgado el cartel de no hay billetes en las taquillas de la plaza, y que tras una excepcional faena, una manifestación casi perfecta de su concepción quietista del toreo, de cite de frente y de soberbia colocación y perfecto entendimiento de los terrenos de toro y torero, y al que tras doblar el animal parte del público incluso pidió le fuese concedido el rabo y que fue justamente recompensada con las dos orejas. Pues bien después de haber puesto a la plaza en pie y habernos ofrecido una magistral lección del más puro, profundo, serio y clasico toreo, en el segundo de los toros de su lote, un animal que por sus características requería una lidia eficaz, técnica e inteligente, fue y se colocó en los terrenos del toro, lo citó y lógicamente resultó cogido, tras lo que lo estoqueó y con la oreja en la mano y la sangrante herida en el cuello tomó camino de la enfermería.
Una magnífica tarde de toros, una, repito, antológica y magistral faena y un final teóricamente igualitario y absurdo de tres toreros heridos, explico lo que para mi tiene de absurda esta circunstancia: El primero de los matadores por el hecho de estar herido no debió hacer el paseíllo, el justísimo e indiscutible protagonista y triunfador de la tarde no tendría que haber pasado por la enfermería, cosa que además para mi, no sé para otros, no añade merito a su actuación. Sólo disculpo el percance sufrido por el tercero de los diestros por poco placeado y por su lógico, en este caso, menor dominio de la colocación y de los terrenos, tiempo tendrá de aprender.
Como ven y en el fondo no soy tan igualitario aunque les desee el mismo pronto restablecimiento a los tres.


Pude observar ocupando una localidad en el segundo de los palcos de la izquierda de la presidencia a una querida y buena aficionada que supongo disfrutaría tanto como yo de esta inolvidable tarde de toros, desconozco si en alguno de los bolsillos de la chaqueta que cubría sus hombros llevaría un cuentahílos, chaqueta que por cierto me recordó en lo cromático a cierto abanico decorado con dos oscuros felinos y que a ella y a mi nos trae imágenes de otra tarde inolvidable de toros y de lo que después en las Angustias aconteció, espero que ella misma nos cuente su versión de los hechos que ahora rememoro, yo prometo darles la mía cuando haya ocasión.
En una crónica que me parece también bastante ajustada a la realidad de lo ayer disfrutado y que firma José Antonio del Moral he dejado otras impresiones que pueden ser complementarias a estas, si quieren acercarse pasen:

http://blogs.periodistadigital.com/jdelmoral.php/2008/05/03/4ª-de-feria-en-jerez-avance-jose-tomas-d