El próximo domingo 12 de agosto toreará en la Plaza Real del Puerto José Tomás y tengo la intención de ir a verlo, la realidad es que ya no acudo a los toros con la ilusión que lo hice en tiempos y que en alguna ocasión he llegado a rechazar invitaciones para asistir a corridas importantes, cada vez me interesa más lo que la fiesta ha representado en general para la cultura española y menos un festejo, una figura o una ganadería en concreto.
Pero aun sin aquella ilusión con la que la viví durante un largo periodo de mi juventud, como autentica pasión, saboreé sus aspectos dulces y su cara amarga (pasa con todos los amores verdaderos y he amado con verdad y de verdad a la verdadera fiesta), no puedo negar que me explica o ayuda a explicarme mucho de la realidad y que ya forma una parte innegable de mi acervo cultural. Además pienso que como con todas las cosas con las que hemos disfrutado intensamente, aunque ahora en cierto modo nos sintamos un poco lejanos y desencantados, no podemos ni debemos negárselas a quienes se acercan a ese mundo con una visión mucho más limpia e inocente y con sinceros deseos de conocerla y comprenderla más allá de teorías, escalafones y cuentas de resultados, sino en un intento de indagar en algo que de manera tan determinante ha influido en el carácter español, en su literatura, su música, su pintura y su forma de ver el mundo.
En la actualidad no voy mucho a los toros, esta temporada sólo he presenciado tres festejos y lo único que de ellos me ha quedado en la memoria es una tanda de naturales, con extremada lentitud y temple, ejecutados por Cayetano a un toro de Juan Pedro en la pasada feria de Jerez.
Cayetano sufrió una fea cogida el pasado domingo en el Puerto, de la que espero se esté recuperando. Durante un tiempo pensé que los versos de Federico:
Y cuando el gran Cayetano
cruzó la pajiza arena
parecía que la tarde
se ponía más morena.
Estaban dedicados a su bisabuelo Cayetano Ordoñez "El Niño de la Palma", después supe que esos versos se los compuso el granadino a Cayetano Sanz, pero por ser colombroños pueden servirles a los tres. (Terna ideal para un cartel)
Espero que la corrida en la que intervendrá Tomás no cumpla con aquella máxima tan taurina de: "corrida de expectación, corrida de decepción", pero aunque así lo fuese también se captan instantes y se asiste a una ceremonia sacrosanta. Y además amo el silencio y creo que las plazas de toros son uno de los pocos lugares donde aun puede escucharse y disfrutarse. Ir a oír, si se produce la magia y el silencio embellece a lo sublime.
1 comentario:
¡Qué salero!no puedo seguir...
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