Estaba hace un momento en la cocina, preparando un cocido de garbanzos y debe ser su olor el que me ha hecho recordar una frase galdosiana: "Hay quien dijo que los pensamientos de los hombres valen más que sus acciones y las buenas novelas más que el género humano. Podrá esto no ser verdad; pero es hermoso y consolador." Hubo un argentino al que la prosa de el citado siempre le pareció con aroma a garbanzos, pero que seguramente no dudaba de lo expresado, lo suscribía como verdad. O a lo mejor era que pululaba por allí el espíritu conciliador de la santa abulense, las campanas de la cercana Iglesia del Carmen llevan todo el día repicando.
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1 comentario:
Masomé a la muralla
y me preguntabar viento:
¿a qué vienen tanta lágrima
y suspiro,
si ya no tiene remedio?
(antigua seguiriya de Cái,atribuida a algún simpático y jovial chabea)
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