IL CAPO

Ha muerto Jesús de Polanco, presidente del todopoderoso grupo PRISA, le llega la hora de los temidos parabienes a este auténtico cerebro de la gestión de los medios formadores de opinión, aunque a él le gustase llamarlos medios de información. Sus habilidades fueron tantas y las desarrolló con tal destreza que su rotundo éxito no creo que haya quien se atreva a negarlo.

Declaraba Polanco que para él la independencia era la condición básica para la realización de sus objetivos empresariales y personales y vaya si llevó a cabo estas convicciones, desde llegar a tener a un presidente del Gobierno, Felipe Gonzalez, como a uno de sus más brillantes y abnegados empleados hasta conseguir hacer de un partido político como el PSOE una de las mas eficientes, productivas, fieles y rentables empresas de su grupo. Su finísima intuición para la utilización de capitales, económicos y humanos, fue realmente sorprendente, baste recordar que el grupo fundador y financiador que impulsó la idea de creación del diario El País procedía de la derecha liberal, lo que no fue obstáculo alguno para su posterior linea editorial, prodigioso.

En una de las muchas loas que hoy le dedica la edición del diario que fundó, ese pulcro ejemplo de objetividad, independencia y modelo de lo que deben ser los analistas sosegados de la realidad, Iñaqui Gabilondo nos hace el panegírico del difunto definiéndolo como "canonizador de demócratas" que creo es la más justa de las descripciones que del desaparecido personaje hace hoy la prensa nacional, pues si nos atenemos al significado que la Academia, de la que es miembro su inseparable colaborador J. L. Cebrian, da a la acepción canonizar, no podremos sino

refutar que le encajan perfectamente, ya que según el diccionario de la RAE canonizar consiste en calificar de bueno a alguien o a algo, aun cuando no lo sea, aprobar o aplaudir algo y declarar solemnemente santo a alguien y todo ello lo hace y con creces el medio creado por el desaparecido. Descanse en paz.